lunes, 23 de marzo de 2009

"Un bello 23 de Marzo"

Todo empezó cuando el le sugirió ir a su tierra en un próximo viaje que deseaba hacer y que ella se puso como propósito cuando iniciaba el 2008, no hizo falta que él le hiciera la invitación 2 veces, a partir del momento que se lo dijo Marisol se propuso viajar para verlo, y por fin llegó el día, después de 1 año y siete meses de no verlo, Mar como el le llama lo volvió a ver a su niño, como le nombraba tiernamente, fue un 22 de marzo de 2008, un sábado el, su niño estaba por esos días en su puerto natal( un bello lugar con playa y espuma de Mar tan blanca como su amor, un bello puerto mexicano), porque de ahí es, el tuvo unos días de descanso y fue a visitar a su madre, ya que no vivía en su tierra, (el trabajaba en el bello Veracruz) una vez que Marisol le avisó que había llegado a su ciudad y que a la vez se había instalado en el hotelito al que llegó, su niño llegó a buscarla como a eso de las 11 y fracción de la mañana, entre más de acercaba el momento de verlo el corazón de ella latía con tal fuerza y velocidad que parecía salírsele del pecho, se sentía tan nerviosa que le temblaban las piernas como si fuese una muñequita de trapo, ¡Por fin llegó! Fue un momento mágico, hermoso, M y su niño R se saludaron como 2 buenos amigos que a leguas se notaba se tenían mucho cariño, se abrazaron, ese instante fue maravilloso, después de que R, le dio la bienvenida a M a su bello puerto, la llevó a su casa a saludar a su mamá, a la cual ella en otra ocasión ya había conocido, ese día estuvieron todo el día juntos, pasearon e hicieron muchas cosas, entre ellas ir a la playa en la que había ciertos eventos por la época vacacional de semana santa, visitaron un museo que esta dentro de una pirámide que se halla en el malecón.
El emocionado le decía a M que no podía creer que estuviera ahí con el, que tal vez era un clon de ella misma pero que era increíble su estancia en esa bella tierra, por su parte M insistía en que era un sueño hecho realidad que en ese momento estuvieran juntos.
También pasearon por una especie de puente que dividía el Rió acaudalado que pasa por la ciudad y el Mar, a esto le llaman las escolleras. Era una noche perfecta que invitaba al romanticismo, un sábado, por la noche, en una playa, con una bella y esplendorosa luna llena, con la persona que M quería ya, que más podían pedir ambos, además que todo el tiempo R, le tomaba de la mano y la abrazaba, la apapachaba mucho, por la noche fueron al cine ver una película bella que se llamó “Antes de partir”, les ocurrió algo curioso, la sala a la que entraron estaba sin más personas que ellos dos, proyectaron la cinta para solo para ellos, comieron palomitas y bebieron refresco, mientras veían la película el la tomaba de la mano y le colocaba la mano en la barbilla, algo que a M le agradaba mucho, porque también le acariciaba la mano y le daba besitos en ella, sentía tan bonito de estar con el que deseaba besarlo en los labios, aunque no se atrevía a tomar la iniciativa por temor a que el no sintiera lo mismo.
Cuando terminó la función se dirigieron al malecón a escuchar música en vivo, ya que como comentaba anteriormente durante ese día hubo una serie de eventos. Mientras escuchaban la música R la abrazaba tiernamente, y a M le provocaba emoción.
Mas tarde R la fue a dejar a su hotel, era ya domingo por la madrugada, antes de irse estuvieron largo rato en el coche charlando sobre lo agradable que la habían pasado ese día, el repetía que se tenía que ir, pero los pretextos sobraban para no terminar de despedirse, cuando por fin M se disponía entrar al hotel, le dijo a su niño, “Hasta mañana” y le dio un beso en la mejilla derecha, fue entonces cuando estuvieron tan cerca el uno del otro que tuvieron tiempo de mirarse directo a los ojos y que sus labios parecían gritarse besame!, así que se besaron dulcemente, fue un momento tan bello, que quedo indeleble en la memoria de M, después siguió uno y otro beso, rato después el se fue a su casa y ella subió al hotel a descansar, esa noche casi no durmió por tanta emoción , ella sentía miedo de que R se arrepintiera de los besos que se dieron, al siguiente día M debía regresar a su adorado Oaxaca y su autobús salía a las 3 PM.
R fue más tarde por ella al hotel como a la 1pm, M sentía curiosidad por saber como la saludaría el al verla, cual fue su sorpresa que él la beso en la boca, R la volvió a llevar a su casa con su mamá, y luego de saludarla, se fueron al malecón para abordar una lancha que los llevaría a un lugar llamado Allende, que está del otro lado del Río de Coatza, fue una experiencia bonita, permanecieron ahí tan sólo unos instantes, se tomaron fotitos y en cada oportunidad se daban besitos, desafortunadamente para ambos el tiempo se agotaba, R la llevó a la terminal de autobuses, antes de despedirse, el le dijo a M que había sido hermoso el que ella viajara a visitarlo y que nunca olvidaría los momentos que pasaron, que incluso el algún día escribiría un post acerca de esa vivencia.
M regresó a Oaxaca con mucha ilusión y con cierto miedo por enamorarse de la forma en que lo estaba.
Ella nunca imaginó antes de hacer ese viaje lo que el él sucedería y mucho menos que un año después hubieran sucedido lo que hasta hoy R y ella han vivido juntos, aunque les ha sido difícil mantener viva la relación, es para ambos, sobretodo para M una experiencia maravillosa y quizá la más importante en cuanto a asuntos amorosos se refiere, hasta este día de su vida.

Tú eres mi niño, mi amor,
Eres mi ilusión, mi sonrisa.

Quiero que sepas
Una y otra vez, cuanto te Quiero, porque
Iluminas mis ojos lánguidos con tu mirada,
En tu ternura y en cada sonrisa.
Reflejas lo bella persona que en ti vive, y no
Olvidaré aquel 23 de marzo que tanta ilusión a mi vida a traído.

Gracias mi niño por este año, por cada momento que aún en la distancia estas conmigo, por cada beso, por cada caricia y cada sonrisa que me has dado y has logrado gesticular en mi.
Recuerda que te quiero o ti quero mas que a mis ojos que ti veron, y si no es ahora será mañana nos juntaremos en un camino, porque eres tú el silencio que me hizo hablar, la voz que en mi dormía, la fe que me abrigaba en tu mirar.

Te quiero, te quiero, te quiero…
¡Feliz 23 de marzo mi niño!